Los niños desde que nacen presentan comunicación social a través de signos no verbales que anteceden el habla como acciones, sonidos, gritos o llantos. Estos signos envían diferentes señales comunicativas que favorecen la relación con otro (adulto-niño).
En la medida que el niño obtiene respuestas efectivas por parte del adulto a través de estas señales, continuará potenciando la comunicación acorde a su nivel de desarrollo hasta llegar a comunicarse mediante palabras. Sin embargo, las dificultades en la comunicación social que presentan los niños/as con autismo van desde la ausencia de intención comunicativa hasta fallas del lenguaje por no saber cómo utilizarlo.
Por eso, es necesario conocer uno de los criterios diagnósticos más importantes dentro del trastorno del espectro autista (TEA) que son las dificultades en la comunicación social e interacción descrito en el manual diagnóstico DSM-V.
Este criterio se manifiesta principalmente por 3 signos:
- Dificultades en la reciprocidad socioemocional: Les cuesta trabajo realizar o mantener conversaciones de ida y vuelta, muestran dificultades en relación a la aproximación social y en compartir o comprender intereses, emociones y/o afectos
- Dificultades en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la interacción social: No realizan una correcta integración de la comunicación verbal con la no verbal, osea, presentan poco contacto visual y lenguaje corporal. Además, presentan déficit en la comprensión y uso de expresiones faciales, gestos y otros tipos de comunicación no verbal.
- Dificultades en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de relaciones apropiadas a su nivel de desarrollo: Dejando fuera la relación con sus cuidadores, presentan dificultades para ajustar sus conductas en los distintos contextos sociales y en los juegos imaginativos. Por lo general, presentan un juego muy solitario mostrando mayor interés en los objetos que en las personas.
Dentro del espectro autista se pueden observar que estos déficit en la comunicación social e interacción se presentan en distinta dimensión según cada caso, por ejemplo:
- Hay niños que no muestran ningún interés en comunicar, mostrar o relacionarse con otras personas (sin intensión comunicativa).
- Niños que muestran algunas señales de comunicación, pero limitada en su expresión. Acá se encuentran los niños/as que intrumentalizan a sus padres, osea, los utilizan como un medio para conseguir un fin. Por ejemplo: Un niño que quiere una galleta, toma la mano de la madre para llevarla hasta el mueble donde se guardan las galletas y ella se las entrega. Finalmente, el niño logra su objetivo recibiendo las galletas.
- Niños que son mas comunicativos, incluso pueden presentar lenguaje verbal, pero presentan dificultades para lograr una integración efectiva entre la comunicación verbal y la no verbal, comprender emociones, gestos o expresiones faciales que muestre el interlocutor.
Consejos para mejorar la dificultad comunicativa

Una de las problemáticas más frecuente en los padres que llegan a consultas fonoaudiológicas es ¿a qué edad va a hablar mi hijo?. En base a ello, es importante explicar a los padres sobre la comunicación y lo fundamental que es potenciar la intención comunicativa, ya que ésta es la base para que el niño logre desarrollar lenguaje verbal.
La comunicación y la respectiva intención comunicativa anteceden todo desarrollo del lenguaje. Por esta razón, lo primero que debes hacer antes de estimular la producción del lenguaje verbal en tu hijo es potenciar la comunicación para favorecer la interacción social del niño/a con su entorno.
Para potenciar la comunicación es fundamental conocer:
- CÓMO se comunica mi hijo/a.
- POR QUÉ se comunica mi hijo/a.
¿Es para pedir algo? ¿Es para rechazar algo que no les gusta? ¿Es para mostrar algo que capto su atención?
Una vez que conoces el propósito de su comunicación podrás ayudarlo a encontrar más razones para comunicarse, expandir sus momentos de intercambio y saber que apoyos entregarle para favorecer y potenciar estos momentos.
Por último, no olvides que para estimular a tu hijo/a siempre debes programar los tiempos necesarios para conocer el cómo y porqué se comunica, osea, sentarte a observarlo y no hacerlo mientras se realiza otra actividad como ver televisión, celular, cocinar, etc. Esto te ayudara a captar pequeñas señales de comunicación que puede estar mostrando tu hijo en ese momento como cambios en su mirada o expresión facial y así comprenderás más los intereses de tu hijo en los cuales debes basar toda tu estimulación.